Javiera Valdebenito
Catalina Moraga
José Zapata
Catalina Moraga
José Zapata
“Entré a estudiar sociología para
cambiar el mundo” ¿Esta frase te suena conocida? Debería, ya que la
gran mayoría de los estudiantes de sociología dan esta respuesta o una similar
cuando les preguntan por qué entraron a esta carrera. ¿Pero por qué esperamos
que la sociología nos sirva si pretendemos cambiar el mundo? Seguramente
partimos de la idea de que es una disciplina que nos permite entender cómo
funciona la sociedad, el por qué cambia cuando cambia y el por qué se mantienen
las injusticias sin remedio por tanto tiempo. Se supone que si entendemos por
qué pasan las cosas en la sociedad, podremos decir si ciertas ideas, propuestas
o acciones servirían para cambiar la realidad en la que vivimos o no.
Ya mirando la vida en la carrera,
podemos decir que o no encontramos este tipo de sociología aquí, o que no somos
consecuentes con esta voluntad de cambio por la que comenzamos a estudiarla. Es
cierto que como sociólogos no vamos a cambiar la sociedad, eso lo hacen los
actores y sujetos sociales. Pero siendo nosotros parte del movimiento
estudiantil que busca una educación igualitaria, no pareciera que utilizamos
nuestra disciplina para las discusiones de nuestras asambleas ni para evaluar
las acciones que se proponen. Somos por separado sociólogos y luchadores
sociales.
El año 2011 nos involucramos en esa
gran movilización estudiantil, pero al transcurrir los meses de paro nos íbamos
cuestionando la utilidad de nuestros conocimientos para este proceso de lucha
que estábamos dando. Si queremos estudiar sociología para cambiar el mundo, qué
mejor forma de ser consecuentes que utilizando la sociología como
herramienta de lucha, en el movimiento estudiantil. Hubo algunas
experiencias: Los talleres de La Mala Educación y el Núcleo de Contenido
utilizaban elementos de la sociología o habilidades adquiridas en la carrera
como insumos para su trabajo; por otro lado, el Taller del Lucro y la pega de
las encuestas utilizaron derechamente técnicas de investigación de la
sociología, análisis de redes y cuestionarios respectivamente. A partir de esto
compañeros plantearon que nuestra carrera no podía ser la misma después de la
movilización, ya que en el proceso se evidenció lo inadecuado de nuestros
conocimientos y herramientas.
La sociología en Chile es una
disciplina académica de 50 años aproximadamente. En su historia, la
carrera se ha presentado como una herramienta de lucha sólo en determinados
períodos históricos, como en la década de los 60, no es algo que sea inmediato,
sino que depende de su utilización por sujetos y sectores sociales. Hoy,
nuestra disciplina se aleja dramáticamente de tener alguna utilidad para los
procesos de lucha y cambio social. Nuestra carrera está paralizada por el
academicismo. Encerrada en teorías que no dan cuenta de la sociedad en la que
vivimos y conceptos y palabras que no entiende nadie fuera de los muros de la
academia. Pero más que echar la culpa tan solo a otros, también pensamos que
hay que mirarnos a nosotros mismos. Situándonos en nuestra cotidianidad,
podemos darnos cuenta de cómo nos hemos auto-enfrascado en una lógica poco
fructífera; haciendo trabajos e investigaciones solo por la nota que llegará
después o cosas por el estilo. En la práctica es como si quisiéramos
instruirnos individualmente acerca de cómo se han ido llevando a cabo los
procesos sociales a lo largo de nuestra historia, para ser, básicamente, un
sujeto culto, lo que no es malo, pero si ese saber nos aleja cada vez más de la
práctica, deja de ser congruente con nuestra motivación de cambiar el mundo.
A pesar de lo anterior, creemos que los
estudiantes podemos crear/construir espacios desde donde plantear nuestros
objetivos y proyectos, apostando también a utilizar, pero subvirtiendo, los que
ya existen, como nuestros trabajos e investigaciones. Ya lo sabemos, la
sociología en sí no es transformadora ni liberadora, depende de cómo la
utilicen los sociólogos. Esto nos interpela directamente a nosotros, si
queremos que la sociología sea una herramienta de lucha, el primer paso es que
nosotros la pensemos como herramienta de lucha y actuemos en consecuencia.
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