Explicar qué es la sociología, para qué sirve o qué hace es un trance que todo estudiante de sociología ha vivido. Pasar de las respuestas más prefabricadas hasta las de elaboración propia es el proceso mismo de estudiar la carrera. Escuchar a nuestros compañeros decir que en tercer año es recién donde uno logra entender qué es la sociología nos motivó hacer esta nota. El tema es las introducciones a la sociología, la respuesta de los que han querido explicar de qué se trata este asunto de manera sintética.
Sociología para principiantes es un libro, que como los de su serie, trata de introducir a la sociología de manera sencilla y complementando la lectura con las caricaturas. Error sería pensar que por eso pierde seriedad. El texto nos responde rápidamente que no existe “una” sociología, sino que hay teorías sociologías distintas, muchas veces contrarias entre sí. A través de una revisión histórica de la sociología y sus diversas corrientes nos familiariza con autores y debates. Finaliza con la crítica a la pretensión de neutralidad de algunas sociologías y con la defensa de los sociólogos que se han involucrado en los grandes debates de su tiempo. Luego de revisar su historia, el autor sostiene que la sociología hoy sirve porque produce conocimientos sobre lo social que pueden ser utilizados para tomar mejores decisiones por gobiernos y movimientos sociales.
Aparte de las introducciones populares, también hay textos académicos que abordan el problema. En un momento nos tocó estar en un intento de discusión (abortado) sobre el carácter de la sociología que se quería impartir en esta carrera, en ese momento una profesora nombró tres fuentes importantes: La imaginación sociológica de Wright Mills, Las lecciones de sociología de Adorno y Horkheimer y El oficio del sociólogo de Bourdieu. Hablaremos sobre los dos primeros.
En 1959, desde Estados Unidos, Mills propone la imaginación sociológica como una respuesta a la necesidad de una cualidad mental que les ayude a las personas a entender lo que le ocurre al mundo y a ellos mismos en un momento de grandes y rápidos cambios que no alcanzan comprender. La imaginación sociológica sería la capacidad de relacionar, en cada contexto, la biografía, la historia y la estructura social, siendo solo su relación la que permite darles sentido a cada aspecto en particular. Mills entiende su propuesta como algo que supera los estrechos márgenes disciplinares de la sociología. Su propósito “es definir el significado de las ciencias sociales para las tareas culturales de nuestro tiempo”. Para Mills, la honestidad moral y la claridad intelectual son cualidades indispensables del investigador.
Adorno y Horkheimer en 1966, desde la Alemania capitalista, dan cuenta del origen científico y positivista de la sociología como disciplina. Dentro del cual se levantó la confrontación entre el positivismo -que da cuenta de lo que es- y la filosofía –que ve lo que es en relación a lo que debe ser. Los autores critican este positivismo y algunos problemas posteriores de la disciplina, como la separación y divergencia entre teoría e investigación empírica, afirmando que la sociología pierde su contenido por no realizar una crítica a la realidad, reduciéndose a miradas parciales y cerradas. En una sociedad capitalista, donde prima la anarquía social, “con el culto de lo positivo, la razón se entrega una vez más a lo irracional”. La sociología se levanta como el estudio de la sociedad con una vocación crítica, de confrontar la cosa con su propio concepto.
Con la misma pregunta, hablamos con dos personas de la carrera. El profesor del ramo de sociología general y director de la carrera, Raúl Atria, se declara enemigo de comenzar con definiciones. Sostiene que la sociología parte de lo concreto, a partir de los fenómenos. Por eso el curso inicia con las transformaciones en Chile y América Latina, en distribución de ingresos, demografía y estructura laboral. Ya problematizado lo concreto, va a lo sustancial: las relaciones sociales. Aproximándose desde la estructura, la acción colectiva y las normas. Busca que los jóvenes no se defrauden de la sociología, para él, es un desafío apasionante, ya que todo puede ser sociología. Nos dice que para el momento actual, la sociología puede agregar un elemento reflexivo, de que las cosas cambian siempre, no están para mantenerse iguales, por tanto cuestionaría cualquier mito social, como en su momento lo fue el positivismo.
Una compañera, nos dice que la sociología es una herramienta que cada uno puede dirigir según su proyecto de vida o disciplinar. Peor la carrera no nos va a decir qué hacer, no nos entrega inmediatamente un objetivo. Al ser un estudio de las sociedades humanas, poder ser muy vago y amplio, esa es la gran potencia y su la gran limitación. Esta limitación proviene de la academia, el academicismo, las reglas y las instituciones. El objetivo del conocimiento no son los que ya saben, sino a los que les podría servir las herramientas. La carrera nos abriría puertas, puede ser una reflexión interminable pero también transformadora.
José Zapata
José Zapata
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